Conciliar ser madre y practicar deporte, ¿encaje de bolillos?

Este fin de semana pasado fue Día de la Madre 1 de mayo y, como no, deseaba hacer las dos cosas que más me hacen feliz: estar con mi hijo (y su padre) y hacer deporte, en todo caso, por este orden. Alguien que lea esto y no tiene esa maravillosa (y agotadora) experiencia de ser madre podría pensar que ambas cosas son fáciles de conjugar. Pues bien, afirmo rotundamente que NO ES ASÍ y, de esta manera, comienzo mi reflexión.

Mi vida ha girado durante las últimas dos décadas en torno a la práctica deportiva tanto en mi tiempo de ocio como a nivel profesional. Estoy vinculada a la actividad física desde siempre y con el deseo de que sea para siempre, como en un buen matrimonio. En algunos momentos de mi vida he sufrido lesiones (cómo no, si practicas con intensidad y diversidad) pero siempre he encontrado la manera de manterme activa, buscar alternativas para contrarrestar el sedentarismo a pesar de una rodilla  hinchada o una mano vendada. No me ha resultado dificil encontrar la manera de seguir adherida a la práctica deportiva, a pesar de las distintas circunstancias vividas, hasta que decidí ser madre.

Foto: Jare


Mi vida (deportiva) ha seguido un curso más o menos constante y equilibrado hasta que me quedé embarazada. Durante este maravilloso e incómodo proceso traté de mantenerme ágil nadando, caminando y haciendo pilates. No buscaba objetivos de mejora de mi condición física y sí sentirme activa, aliviar dolores de espalda y trabajar la concienciación de los músculos y las articulaciones que tendría que poner en práctica en el parto. Durante esos meses puse en práctica todo aquello que sabía, como no sobrepasar las 140 ppm de frecuencia cardiaca, evitar posiciones hiperlordoticas, hidratarme bien y seguir mis instintos o, mejor dicho, mi propiocepción. 

La preparación al parto fue un proceso muy enriquecedor, era pura técnica de respiración, contracción de agonistas y relajación de antagonistas con diferentes intensidades y cadencias según el momento del alumbramiento. Tuve suerte y mi parto fue muy bonito; incluso me felicitaron por la musculatura que tenía y cómo la usaba. Debí empujar mucho porque la cabecita de mi bebé se llevó mi coccix por delante y tuve una luxación dolorosa de ese huesecillo inútil, vestigio de nuestros ancestros.

Cuando nació el ser más bonito del mundo (que va a decir una madre si no) el cambio en mi vida fue tan grande que, como no, la práctica deportiva también se vió muy afectada. Y es que hace 16 meses comenzó la que puedo afirmar como la etapa más maravillosa, sorprendente pero absorbente de mi vida. Y es que la naturaleza está hecha (al menos la mía) para querer pasar el mayor tiempo posible con mi hijo, sobre todo ahora que es pequeño, casi aún un bebé. Siendo esto así, ¿cómo tomar la decisión de irme a correr, a danza, a la montaña, al gimnasio, a la piscina, etc. cuando tengo tiempo libre? Cuando llego del trabajo, ¿cómo puedo restar más horas a mi hijo para irme yo a satisfacer mis necesidades? El egoismo, bien comprendido, en una madre parece que va contra natura. Entonces,  cómo conciliar ser una buena madre y hacer deporte  es la cuestión.


Foto: Jare

En esta nueva etapa de mi vida, la dificultad para hacer deporte es la falta de tiempo para hacer lo que hacía antes de ser madre. Y quizá ahí está la clave, NO PUEDO PRETENDER hacer lo que hacía antes y debo adaptar la práctica deportiva a mis nuevas circunstancias. Necesito cambiar, ajustar, adaptar la práctica a mis posibilidades reales. Estos son algunos de los cambios que he realizado:

* Acepto las circunstancias que me impiden llevar un enternamiento muy planificado, reglado y organizado. Se que volveré a tener más tiempo para mi en un futuro. Pienso en positivo y veo el vaso medio lleno y no medio vacío.

* Aprovecho los tiempos en los que mi hijo quiere jugar a su aire pero también que esté en su campo de visión. En esos momentos, cierro la puerta de esa habitación, saco la colchoneta y aprovecho para fortalecer musculatura, hacer movimientos articulares amplios y estiramientos. 

* Cuando saco a pasear a mi hijo con el carrito me plateo un objetivo concreto, andar a buen ritmo e ir lejos, por ejemplo hasta un parque que esté a media hora o tres cuartos. Aprovecho las cuestas, cuando las veo no las evito, al contrario, me las tomo como si de la subida al Tourmalet se tratase.

* Apuntarse a alguna actividad dirigida puede ayudar si tienes esa opción. Debe ser una actividad con un horario fijado pero flexible a la vez, en horario justo al salir de trabajar o por la noche, tras bañar y acostar a tu hijo. Esta actividad debe trabajar de forma especial la cintura escapular y la musculatura abdominal para compensar malas posturas de la lactancia o los 10 kilos de un niño que levantas 10, 15, 20 veces al días. [Reconozco que me encanta que me den clase pero soy exigente, no me pongo en manos de cualquier profesional]. 

* Para mejorar o, al menos, matener la resistencia aeróbica puedes optar por salir en bicicleta por las tardes y poner a tu hijo en el asiento de atrás, correr después de haber acostado a tu hijo o apuntarte a alguna actividad reglada, como spinning o baile, algún día a la semana. Yo lo he hecho y esto no sería posible si no existiera también la implicación del padre al cien por cien. GRACIAS desde aquí.

* Ir a la piscina con mi hijo y aunque no vaya a hacer 1500 m. nadando, hago movimientos con él en el agua, subimos y bajamos, nos deslizamos, nos zambullimos, etc. No es un entrenamiento en toda regla pero tampoco se parece en nada a estar sentado en el sillón de tu casa viendo la televisión.

* A veces me llevo a mi hijo a amlios parques (Juan Carlos I, Retiro,  El Pardo, etc.) para que pueda correr, subir, trepar, reptar y yo ir detrás de él. Llevo a mi hijo en mochila (dejo el carrito en el coche) y me voy andando con el acuestas hasta una buena explanada.

* Los fines de semana que hace bueno, al campo. Si bien ya no podemos su padre y yo hacer esas rutas que tanto nos gustaban de 5 o 7 horas por picos escarpados y altas montañas, si podemos llevar a nuestro hijo en la mochila hasta dos horas seguidas. ¡Bendita mochila!

Foto: Marta

Adaptando la práctica a mi vida actual, no solo estoy consiguiendo matenerme activa sino que estoy enseñando a mi hijo a que el deporte es un buen compañero en nuestra familia.

Para conocer el punto de vista de otras mujeres, a continuación transcribo una breve entrevista realizada a una de esas madres heroínas que llegan a todo y además siguen - Beatriz Aguado, madre de Lucas y mujer que quiere serguir activa:

¿Encuentras dificil hacer deporte ahora que eres madre? Cuenta tus impresiones.


El principal incoveniente a la hora de hacer deporte, cuando se es madre es la falta de tiempo. Lo que antes era una rutina en tu vida, algo que hacias cotidianamente, o con una determinada frecuencia, ahora necesita un "tiempo especial". Y digo especial porque es tiempo que hay que sacer donde no hay. Dicho tiempo puede abarca franjas horarias  que hasta ahora no imaginabas como, por ejemplo, nadar cuando el niño se ha dormido o andar por la mañana  camino al trabajo.


Otra solución es implementar el deporte en tu nueva vida junto con tu hijo. Y no es sólo recoger todos los juguetes que deja tirado sino incorporar actividades y rutinas en tu día a día. Una buena solución y compatible con el niño es andar o camianar a buen ritmo. Yo divido la tarde en dos partes; Un rato estamos jugando en el parque y otro rato caminamos. Además y siempre que puedo subo todas las escaleras que encuentro a mi paso.


¿Qué molestias o dolores físicos tienes ahora que eres madre? 


La principal  molestia se localiza en la zona lumbar, y algunas tardes dolor de piernas por pasar mucho tiempo de pie. También noto que me canso mucho más que antes.

¿Qué tipo de actividades físicas son las que "te pide el cuerpo" realizar?
  
Todas la que trabajen un poco el tono muscular y actividades aeróbicas para despejar la mente. Pero la pregunta reside más bien en cuáles veo realmente posibles, y la respuesta es que al 100% ninguna, lo más fácil es picotear un poco e ir sacando tiempo de donde no lo hay. Por querer, el cuerpo me pide nadar tranquilamente.
 
Como hemos podido leer, conciliar se madre y práctica deporte no es fácil, pero tampoco imposible. ¡Ánimo a todas las madres que quieran seguir activas!

Aprovecho para recomendar un vídeo sobre Deporte (de élite) y Maternidad del informe Robinson emitido el 26 de noviembre de 2009. Para verlo haz clic aquí.


Marta A.-

Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Muy interesante ! Es imprescindible para la salud física y mental mantener la actividad deportiva durante toda la vida. La clave es la ADAPTACIÓN a la edad, estado físico y circunstancias pero casi siempre, si NO nos buscamos EXCUSAS será posible y siempre beneficioso para todos los participantes. Mañana haré 40 semanas de embarazo y no puedo hacer kajak desde hace 9 meses pero como muchos días me iré a a nadar mis 45 minutos seguidos y en un par de meses me llevo a mi niño a nadar.
    Gracias por el artículo! Alba Nordest

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  3. Cuanta lucidez y conciencia del proceso ,de los resultados, de la transición por el mismo...¡¡es genial;)felicidades¡¡

    Ese día de la madre se me pasó por alto, supongo que ya son casi 10 años de maternidad y mi concepción particular sobre la maternidad.

    Gestionar el tiempo es hacer encaje de bolillos, -hoy- me levanté con esa frase en la cabeza, ante todo lo que tengo entre manos como madre -trabajadora...etc

    En mi opinión influye mucho la dimensión del tiempo, la concepción que tienes del mismo al vivirlo. Los factores hormonales que predisponen para acentuar un aspecto u otro.

    Preciosas las fotos XD.

    Pd: me he comprado unas pesas ,las tengo en mi despacho y las aprovecho en los momentos de desconectar .

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Quiero dejar testimonio de un email enviado al respcto de esta entrada, que me envió Mª Luisa Rodriguez Hernández, una colega de la Universidad y conocedora bien de la práctica deportiva de poblaciones espaciales. Aquí está su escrito:

    "La necesidad agudiza el ingenio" es una verdad tremenda esta, soy de las que piensan que nada es imposible si se quiere y se tienen ganas de hacer, no soy madre, ojalá lo sea y no muy tarde, es por esto que "tu entrenamiento" es real, puede que no sea planificado o estructurado formalmente para ser considerado como tal, pero... si lo está en tu vida, sin querer no has dejado de hacer lo que has necesitado en cada momento en lo referente a la práctica de actividad física fuera de lo que son las actividades diarias, encima es mas divertido hacerlo acompañado, cosa que también haces, además se lo estás transmitiendo a la personita mas importante de tu vida y no solo eso sino que él te está retornando a tu infancia con su desarrollo y juegos, sabes... que venga alguien a decirme que eso no es un ejercicio de generosidad de una madre a un hijo e inversa en toda regla ( se piensa, se planea, se adapta, se enseña y se aprende)"

    Me encanta su reflexión y su forma de contarlo

    Marta A.-

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  6. Gracias Alba y Carmen por vuestros comentarios.

    Efectivamente, gestionar el tiempo = hacer encaje de bolillos y todo está en la ADAPTACIÓN que hacemos a la realidad que vivimos.

    Marta A.-

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  7. Enhorabuena Marta por haber encontrado la manera de hacer dos cosas importantisimas a la vez. Espero que consejos como este nos sirvan para las actuales estudiantes de CCAFYDE y (tal vez) futuras madres.
    Es alentador saber que es posible.
    Un saludo

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  8. Beatriz, gracias por escribir. Te confieso que me encanta que una de mis estudiantes comente sobre este tema. Aunque imagino que lo de ser madre puede que aún lo veis lejano, tu comentario dice de ti que tienes perspectiva.

    Ser madre y hacer deporte no es fácil, entre otras cosas por eso que comento en el artículo, hay que poner objetivos reales adaptados a las circunstancias nuevas que supone tener un hijo y querer participar plenamente de su vida. En resumen, por ahora mi entrenamiento sistemático se acabó como tal, pero me he adaptado y hago otras cosas.

    Un saludo,

    Marta A.-

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